Texto de Sala

Los Delirios de Sísifo, texto de sala por Luis Fernando Márquez Ponxx.

“ No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, pero agota el ámbito de lo posible.”

Píndaro


El mito es una puerta que solemos ver como un relato fantástico y metafísico, lleno de magia y eventos sobrehumanos que llevan a nuestra mente fuera de esta realidad. Sin embargo, no se deben tratar como simples cuentos infantiles ya que en sus letras hay claves que descifran nuestro ser de formas poderosas por medio de sus arquetipos de tal modo que pueden afectar la parte más profunda de nuestro ser.


Albert Camus, escritor francés del siglo XX, publicó en octubre de 1942 su ensayo “El Mito de Sísifo” tocando como tema lo absurdo de la vida. En él se narra que todos somos de alguna manera Sísifo, seres condenados a la automotivación, quienes quieren encontrar desesperadamente el sentido a esta existencia, y por ello, en algún punto del ensayo, el tema se polemitiza en torno al suicidio analizado como un problema filosófico serio y complejo. ¿La vida tiene realmente sentido o significado?

 

No obstante, Camus, al ser cuestionado, confiesa que hace esta reflexión en su intento por describir ese caos y hostilidad en una forma nueva que precisamente nos puede encaminar a dejar a un lado esa enorme carga, y así tal vez, encontrar una misión más profunda y significativa en un mundo sin aparente sentido.


Sísifo es el mito que en esta ocasión se representa en esta obra a través de diez delirios y once visiones; eventos narrados similarmente a los de pasajes bíblicos medievales que bien podría describir la vida de los santos o del propio Jesús, pero honestamente, considero que en Sísifo hay una relación más estrecha con nosotros, los que no anhelamos la inmortalidad o la perfección del alma, sino la posición de simples seres que pecan, aman y lloran.


Sus delirios representan entonces nuestra agonía y vulnerabilidad y sus once visiones son las inexplorables cuevas de Aladino, llenas de genios, demonios que habitan en la psique de nuestro propio microcosmos.


Este personaje representa un esquema de doblegación cómo pocos lo han podido hacer y esto quizás se deba a su naturaleza tan humana al ser de los pocos que no representan supuestos poderes sobrenaturales o cósmicos, ni mucho menos, recibe ayuda divina sino que por el contrario, fue marginado por deidades que consideraron inapropiadas sus hazañas porque dependía completamente de su ingenio y astucia para lograr lo inimaginable, engañar a los mismos dioses. 


Su pecado es quizás la cosa más imperdonable que alguien pueda hacer ante dicha soberbia divina y aunque hay varios castigos desgarradores, aplicados por estos jueces del Hades y del Olimpo, nunca habrá tortura más terrible y dolorosa que el castigo impuesto al que se le otorga la esperanza para poder ver y tocar esa cumbre aunque sea por un sólo instante.